sábado, 6 de junio de 2009

Narraciones ficticias 7


Cuatro Lineas de una conocida



En la barabunda de la calle se perdía con un revoleteo, un papel. Ella corrió a recogerlo. Como siempre ella, pasaba por donde siempre. Como siempre entonces, volvió los ojos hacia arriba. Sentado en su sitio habitual, detrás de los visillos salmantinos en la mesa camilla que nunca existió, él que reparaba en esa mirada que le devolvía el papel.
Los dos se sabían en el no que les ataba.
Ella pasaba, como siempre, detrás de un papel inexistente y unos ojos que en los encuentros la olvidaban. Sólo así la barabunda volvería a ser escena de sus miradas.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Pérdidas, miradas, negaciones, olvidos... Esta séptima entrega es quizá la más inquietante de todas, Carelia. Pero hace pensar.

Josep

Anónimo dijo...

Cara mía, una vez más me asombra tu capacidad de crear en tan sólo unas líneas, misterios que nos invitan a ser desvelados, encendiendo la mecha de neuronas oxidadas, ávidas de fabular.

Soy la Calaca. y te sigo de cerca. Un beso.

Carelia dijo...
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Carelia dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Carelia dijo...

Gracias Josep, ya sabes que lo inquietante es lo más familiar y extraño a la vez. Los alemanes tienen una palabra para ello que es intraducible, Unheimlich y de eso se trata de seguir el misterio y el enigma.

Carelia dijo...

Gracias Calaca, cuyo nombre capicúa no deja de producir extrañeza y cuya sonoridad inquieta por su cualidad cacofónica, pero tu comentario está lleno de generosidad y te agradezco de veras que opines así de la escritura de esta criatura, Carelia, que no creas que no oye que tu saludo inicial y tu nombre incluye algo del suyo. Bueno Carelia te está agradecida e intentará que tu interés por leerla no decaiga.